Cuando funcionaban los Astilleros Euskalduna, las mujeres llevaban el almuerzo a sus hombres cruzando en bote la ría. Una de ellas levantaba tal expectación por su belleza que los trabajadores sesubían a la grua para admirarla y lanzarle sus piropos. La mujer se llamaba Carola, y así es como la grua tomó nombre.
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